Segunda jornada del fin de semana en el entorno de los Picos de Europa. Para hoy hemos decidido realizar una ruta más suave, un "baño de bosque" para quitarnos el estrés de la dura jornada de ayer.
Barajamos varias opciones, pero finalmente triunfó la de realizar la Ruta del Liquen de los Lobos, en la Montaña de Riaño (León). Nos permitirá disfrutar de los bosques cantábricos y, seguramente, localicemos alguna señal del Oso Pardo.
Comenzamos a caminar a primera hora de la mañana, bajo una gran helada. Miriam, que siempre está alerta ante cualquier observación que llame su atención, localizó este curioso hongo sobre la rama putrefacta de un haya. En un principio pensamos que se trataba de un hongo, pero curiosamente, lo que vemos son estructuras formadas por la acción del hielo con el hongo Exidiopsis effusa, un fenómeno extremadamente raro que analizaremos en profundidad.
A pesar del frío matinal, pronto tuvimos que quitarnos capas, momento que aprovechamos para descansar y realizar observaciones del entorno.
"Pelos de Hielo" formados por el hongo Exidiopsis effusa. |
Nos dirigimos hacia la Sierra de Hormas, uno de los parajes más valiosos de la Montaña de Riaño, declarada "zona de reserva integral" del Parque Regional de los Picos de Europa.
Junto a la Peña de Mura se encuentra un collado que ofrece excelentes panorámicas de las Montañas de Riaño, Mampodre, Redes y Picos de Europa.
Próximo al collado se mantiene todavía en pie una caseta de observación construida seguramente por motivos cinegéticos, pero que nos viene bien para nuestros propósitos.
Se trata de un excelente mirador que nos permite controlar cualquier movimiento a nuestro alrededor.
Junto a la Peña de Mura se encuentra un collado que ofrece excelentes panorámicas de las Montañas de Riaño, Mampodre, Redes y Picos de Europa.
Próximo al collado se mantiene todavía en pie una caseta de observación construida seguramente por motivos cinegéticos, pero que nos viene bien para nuestros propósitos.
A partir de este punto entramos de lleno en el núcleo oriental de la población cantábrica del Oso Pardo, un núcleo que según las últimas estimaciones podría rondar en torno a los 40 ejemplares, repartidos entre los territorios del Riaño, Liébana y Montaña Palentina.
Pero el protagonista de la ruta de hoy no es precisamente el oso, sino un organismo totalmente diferente: Un Liquen.
Pero no se trata de un liquen cualquiera, es el "Liquen de los Lobos" (Letharia vulpina), una especie cuya población nativa se encuentra en el oeste de los Estados Unidos.
Cómo ha llegado hasta nuestro continente es todavía un enigma. Pero aquí lo tenemos, y podemos decir que la Montaña de Riaño ostenta la mayor población conocida de este liquen en todo el territorio nacional, siendo incluso una de las mayores de toda Europa.
En esta zona reside también una importante población de Ciervos y Jabalíes. Por desgracia, hoy es día de caza y una montería próxima está alterando toda la fauna de la que podríamos disfrutar. Un ejemplo más del choque frontal entre dos actividades totalmente antagónicas: La caza y el ecoturismo.
Letharia vulpina sobre el tronco de un viejo Roble Albar. |
Cómo ha llegado hasta nuestro continente es todavía un enigma. Pero aquí lo tenemos, y podemos decir que la Montaña de Riaño ostenta la mayor población conocida de este liquen en todo el territorio nacional, siendo incluso una de las mayores de toda Europa.
Letharia vulpina vista en detalle. |
Pronto detectamos las primeras señales del Oso Pardo: Un excremento con abundantes cáscaras de bellotas y varios arañazos sobre las cortezas de los árboles. También localizamos numerosas huellas de Ciervos y varios rastros de Jabalíes.
La Collada Lechugal, a las puertas del Bosque de Hormas, es un buen lugar para descansar y reponer fuerzas mientras nos deleitamos con el paisaje y el calor del sol.
Durante el regreso, cruzamos la espesura de un hayedo visitando cada uno de los acebos en busca de posibles señales del Urogallo Cantábrico, prácticamente extinto de estas montañas.
En pleno invierno la luz penetra por el interior del hayedo hasta el mes de abril, momento de la floración del sotobosque, justo antes de que las nuevas hojas de las hayas cubran de oscuridad el interior del bosque.
El cráneo de una hembra de Ciervo delata la abundancia de venados en esta zona. No en vano visitamos esta zona durante la Berrea Cantábrica.
Descendemos por una de las laderas del hayedo hasta alcanzar las aguas del Arroyo de San Pelayo.
Descendemos por una de las laderas del hayedo hasta alcanzar las aguas del Arroyo de San Pelayo.
Tras salir del bosque llegamos a las praderas de Pedrosa del Rey, uno de los pueblos que derribaron para la construcción del embalse de Riaño.