Hoy llevamos a los alumnos del Colegio Mayor "Roncalli" y "Jaime del Amo" (Madrid) de excursión con raquetas de nieve al Puerto de La Morcuera.
Inmersos en sus estudios universitarios, estos jóvenes aventureros acuden a la cita con gran entusiasmo.
Nuestro objetivo es alcanzar la primera de las cumbres de la Cuerda Larga, La Najarra (2.108 m.), para lo cual tenemos que salvar un desnivel de casi 400 m. desde el puerto de La Morcuera.
Para la gran mayoría de los chicos y chicas, esta es la primera vez que se calzan unas raquetas de nieve.
El calor de los últimos días ha hecho desaparecer buena parte del manto nivoso que cubría el puerto, pero desde los 1.900 m. de altitud tenemos nieve de continuo.
Aunque hay niebla en la cumbre, todavía tenemos visibilidad para contemplar los montes que nos rodean: Peñalara, Montes Carpetanos, Valle de Lozoya, Rascafría, Canencia...
Realizamos la ascensión a ritmo suave y pausado, aprovechando cada descanso para realizar breves interpretaciones del entorno.
Llegando a la cima la niebla hace acto de presencia y nos impide disfrutar de las espectaculares panorámicas que se divisan desde esta mítica cumbre de la Sierra de Guadarrama.
Tras hora y media de ascensión alcanzamos la cumbre de La Najarra.
Para muchos de ellos, esta es la primera ascensión a una montaña.
El poeta Vicente Aleixandre pasó largas temporadas en Miraflores de la Sierra, que está enclavado en la base de esta montaña. Algunos versos extraídos de su poema "Adios a los campos", describen esta bonita ascensión.
Tras una breve estancia en la cumbre, recorremos la cordal en dirección oeste para visitar el antiguo refugio y asomarnos a la Hoya de San Blas.
Se trata de una amplia y profunda depresión abierta en el flanco meridional de la Cuerda Larga, refugio de una importante población de la Cabra Montés.
Estamos en uno de los lugares más solitarios y mejor conservados de la sierra de Guadarrama, asediada cada fin de semana con miles y miles de excursionistas de todo tipo.
En los ricos de este impresionante balcón podemos divisar algunos nidos de Buitre Leonado.
De regreso al puerto de La Morcuera se nos metió de nuevo la niebla, pero nuestros expedicionarios se lo pasaron genial pese a las complicaciones del descenso.
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