Nuestro programa de actividades con Raquetas de Nieve nos lleva este fin de semana a un recóndito lugar de la Cordillera Cantábrica, con la mirada puesta en el Pico Catoute, considerado el primer dos mil de la Cantábrica, cumbre de la Sierra de Gistredo (Alto Sil, León).
Pico Catoute (2.112 m.) |
Nos acompañan Fabián, Javier, Marisa, Edu y Jorge, el "Dream Team" de las aventuras "graellsianas".
Nuestra base de operaciones es la "Cabaña del Trasgu", situada en Salentinos (León). Desde aquí realizamos también nuestras expediciones oseras, pero el motivo de la visita de este fin de semana es otro muy distinto: La ascensión al Pico Catoute con raquetas de nieve.
Senén y Nati ponen todo su empeño para hacernos sentir como en nuestra propia casa. El albergue es cálido y acojedor, y disponemos de todo lo necesario para planificar nuestra expedición.
Nos preocupa el tiempo, pues los pronósticos no son del todo favorables. A pesar de ello, salimos la mañana del sábado con las raquetas puestas, dispuestos a intentar hacer cumbre en el Catoute.
La ruta es larga, unos 15 km. entre ida y vuelta, con un desnivel aproximado de 800 m. Nada fácil, teniendo en cuenta que salimos de Salentinos con las raquetas puestas.
Caminamos rumbo a la Campa de la Braña junto a las aguas del Río de Salentinos, observando los bosques que nos rodean. Hay muchos abedules, algunos robles, y varios acebos.
Hacemos un alto en la Cascada de Chavanes, que baja cargada de agua. En la nieve, distinguimos varias huellas y rastros de Corzos y Jabalíes, pero nos llama más la atención los rastros de la Perdiz Pardilla (Perdix perdix), cuyo cuerpo deja un rastro muy característico junto a las huellas.
La siguiente parada es en la Braña, que cuenta con un magnífico refugio.
Es el momento de descansar y planificar la ascensión, pues las condiciones son difíciles y conviene tener claro cuáles son nuestras posibilidades.
A pesar de la nieve y el viento, iniciamos la ascensión hacia la Vallina del Campo, lugar desde donde podremos avistar al Catoute, siempre y cuando nos dejen las nubes.
Sorprendimos a un pequeño bando de perdices levantando el vuelo. Probablemente fuera de Perdiz Pardilla, que vive en las montañas del norte.
De vez en cuando se abre un pequeño claro en el cielo que nos da ánimos para seguir adelante.
Lentamente avanzamos ladera arriba procurando mantener al grupo unido.
Jorge va por detrás, ligeramente descolgado, captando con su cámara magníficas instantáneas de la ascensión.
Ya tenemos al Catoute ante nosotros, una impresionante mole de Cuarcitas que se eleva sobre nosotros mostrando su lado más salvaje.
Los bosques ya quedaron abajo y nos encontramos solos en medio de la nada, rodeados de nieve.
A medida que subimos, contemplamos los riscos del Pico de la Cernella, situado al lado del Catoute.
Estamos ya muy cerca del collado. Si llegamos al collado, tenemos prácticamente la cumbre hecha. Pero las condiciones van empeorando a cada paso.
El el collado la ventisca va a ser tan fuerte que apenas podremos permanecer allí unos instantes. Habrá que pensar en construir un refugio con la nieve.
Nuestra base de operaciones es la "Cabaña del Trasgu", situada en Salentinos (León). Desde aquí realizamos también nuestras expediciones oseras, pero el motivo de la visita de este fin de semana es otro muy distinto: La ascensión al Pico Catoute con raquetas de nieve.
La Cabaña del Trasgu (Salentinos, León) |
Nos preocupa el tiempo, pues los pronósticos no son del todo favorables. A pesar de ello, salimos la mañana del sábado con las raquetas puestas, dispuestos a intentar hacer cumbre en el Catoute.
La ruta es larga, unos 15 km. entre ida y vuelta, con un desnivel aproximado de 800 m. Nada fácil, teniendo en cuenta que salimos de Salentinos con las raquetas puestas.
Hacemos un alto en la Cascada de Chavanes, que baja cargada de agua. En la nieve, distinguimos varias huellas y rastros de Corzos y Jabalíes, pero nos llama más la atención los rastros de la Perdiz Pardilla (Perdix perdix), cuyo cuerpo deja un rastro muy característico junto a las huellas.
La siguiente parada es en la Braña, que cuenta con un magnífico refugio.
Es el momento de descansar y planificar la ascensión, pues las condiciones son difíciles y conviene tener claro cuáles son nuestras posibilidades.
A pesar de la nieve y el viento, iniciamos la ascensión hacia la Vallina del Campo, lugar desde donde podremos avistar al Catoute, siempre y cuando nos dejen las nubes.
De vez en cuando se abre un pequeño claro en el cielo que nos da ánimos para seguir adelante.
Ya tenemos al Catoute ante nosotros, una impresionante mole de Cuarcitas que se eleva sobre nosotros mostrando su lado más salvaje.
Estamos ya muy cerca del collado. Si llegamos al collado, tenemos prácticamente la cumbre hecha. Pero las condiciones van empeorando a cada paso.
El el collado la ventisca va a ser tan fuerte que apenas podremos permanecer allí unos instantes. Habrá que pensar en construir un refugio con la nieve.
Tras la comida acometemos la trepada final hacia la cumbre del Catoute. Dejamos las mochilas abajo, a buen resguardo del viento, y subimos con las raquetas puestas a modo de crampones.
A las 16:04 h. coronamos la cumbre del Pico Catoute (2.112 m.): El objetivo se ha cumplido.
Pero no podemos permanecer mucho tiempo allí arriba, el tiempo empeora por momentos y hay que pensar el bajar lo más rápido posible.
De vez en cuando se mete una nube y apenas nos deja visibilidad alguna. Pero poco a poco logramos descender sin demasiados contratiempos.
Se nos hizo de noche durante el descenso, pero finalmente, llegamos sanos y salvos Salentinos, donde nos espera una buena comilona.
He aquí el vídeo que recoge las sensaciones vividas durante esta memorable ascensión. No hemos querido poner ninguna música porque el sonido ambiente lo dice todo...
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