Continúa la temporada de Raquetas de Nieve en la Sierra de Guadarrama, que luce estos días un aspecto puramente invernal.
La actividad programada para hoy es una ruta que diseñamos específicamente para la práctica del snowshoeing en la Sierra de Guadarrama: El Circo Glaciar de Peñalara. Nos acompañan David, Gema, Natalia, Mariano y Miguel
Las condiciones nivológicas son excelentes, con espesores que superan un metro en muchas zonas de la sierra.
El pronóstico meteorológico para hoy nos advierte de cielos cubiertos con posibilidad de nieblas en las zonas altas de la sierra.
Buscamos un itinerario alternativo para escapar rápidamente del turismo masivo que soporta el puerto de Cotos en días como hoy de mucha nieve.
Natalia es polaca, pero lleva dos años en España y su castellano es perfecto. Le gusta mucho la montaña y la nieve, y ha hecho verdaderos esfuerzos por conseguir estar hoy con nosotros.
Avanzamos poco a poco aprovechando los rastros dejados por algunos esquiadores.
A partir de los 2.000 m. de altitud comienzan a desaparecer los pinos y aparece el matorral serrano, cubierto por una gruesa capa de nieve.
De vez en cuando aparece un claro en el cielo permitiéndonos divisar el paisaje nevado que hay a nuestro alrededor.
David y Gema ya tienen mucha práctica con el snowshoeing, pero para Mariano, Miguel y Natalia se trata de una experiencia novedosa.
El primer objetivo de nuestro itinerario es llegar al refugio Zabala, situado en el corazón del circo de Peñalara. Para ello tenemos que ascender ladera arriba por una de las morrenas laterales que dejó el glaciar de Peñalara.
El refugio Zabala fue construido en el año 1927 por Delgado Úbeda, el mismo arquitecto que construyó varios refugios en los Picos de Europa, además del balneario de Panticosa, en los Pirineos.
Su nombre se debe a José Fernández Zabala, fundador de la Sociedad Española de Alpinismo de Peñalara.
Aprovechamos nuestra visita al refugio para comer y tratar de calentarnos con un caldito caliente.
Muy cerca del refugio se encuentra la Laguna Grande de Peñalara. Se trata de la laguna más grande en extensión del complejo lagunar de Peñalara, el único humedal de la Comunidad de Madrid incluido en la lista del Convenio Ramsar.
Sin alcanzar la magnitud de los glaciares alpinos, el glaciar de Peñalara tuvo que ser bastante importante, a tenor de las huellas que dejó sobre las duras rocas de este macizo.
Las condiciones nivológicas son excelentes, con espesores que superan un metro en muchas zonas de la sierra.
El pronóstico meteorológico para hoy nos advierte de cielos cubiertos con posibilidad de nieblas en las zonas altas de la sierra.
Natalia es polaca, pero lleva dos años en España y su castellano es perfecto. Le gusta mucho la montaña y la nieve, y ha hecho verdaderos esfuerzos por conseguir estar hoy con nosotros.
Avanzamos poco a poco aprovechando los rastros dejados por algunos esquiadores.
De vez en cuando aparece un claro en el cielo permitiéndonos divisar el paisaje nevado que hay a nuestro alrededor.
El refugio Zabala fue construido en el año 1927 por Delgado Úbeda, el mismo arquitecto que construyó varios refugios en los Picos de Europa, además del balneario de Panticosa, en los Pirineos.
Aprovechamos nuestra visita al refugio para comer y tratar de calentarnos con un caldito caliente.
Muy cerca del refugio se encuentra la Laguna Grande de Peñalara. Se trata de la laguna más grande en extensión del complejo lagunar de Peñalara, el único humedal de la Comunidad de Madrid incluido en la lista del Convenio Ramsar.
Sin alcanzar la magnitud de los glaciares alpinos, el glaciar de Peñalara tuvo que ser bastante importante, a tenor de las huellas que dejó sobre las duras rocas de este macizo.
Hoy es un día muy especial para Miguel, que está aquí con nosotros por cortesía de su hermano Mariano, que ha tenido el detalle de regalarle un bonito día en la Montaña.
Por fin desaparecen las nubes y nos dejan disfrutar de la colosal estampa de Peñalara.
Buscamos ahora un itinerario alternativo para el regreso hacia Cotos, visitando parajes aislados como los que esconden la Laguna Chica.
Pero la nieve está todavía muy blanda y las raquetas se hunden hasta las rodillas.
En algunos tramos brindamos a nuestros acompañantes la oportunidad de abrir huella para que experimenten la sensación de libertad que nos otorgan las raquetas de nieve.
No es fácil abrir huella en estas condiciones, pero todos ellos lo han hecho muy bien.
Por fin alcanzamos el sendero que nos llevará de regreso al Puerto de Cotos, donde pondremos punto y final a esta gran aventura en un día inolvidable para todos nosotros.
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