lunes, 28 de noviembre de 2016

Observación del celo de la Cabra Montés (Sierra de Guadarrama, Madrid)

Entre los meses de noviembre y diciembre la Cabra Montés (Capra pyrenaica) entra en celo y se producen importantes cambios en la estructura gregaria de esta especie. Durante la mayor parte del año los machos forman grandes rebaños, normalmente dirigidos por un "sultán", al que acompañan y siguen otros machos de menor edad y juveniles. 
Por otro lado, las hembras forman sus propios rebaños familiares, acompañadas de otras hembras y sus crías. Pero cuando llega la época del celo, los grandes machos que se ven capacitados para formar y dirigir sus propios rebaños, comienzan a "recolectar" miembros, incluidas varias hembras a las que tratará de cubrir. 
Es un proceso largo que trae consigo disputas constantes entre los machos, disputas que pueden desembocar en largas batallas cuando las fuerzas entre ambos contrincantes son muy igualadas. 
Ese es precisamente el espectáculo que hemos venido a buscar hoy en la Sierra de Guadarrama, una expedición a la que se han apuntado Javier y Carlos (procedentes de Valladolid), y Santiago y Juan Carlos (procedentes de Madrid). 
Un temporal de nieve ha cubierto de blanco la Sierra de Guadarrama durante este fin de semana, obligándonos a suspender las dos salidas que estaban programadas. Sin embargo, hoy lunes ha salido el sol y emprendemos la actividad con la esperanza de encontrar algún grupo de la Cabra Montés.
Las condiciones no son precisamente las más favorables, por la copiosa nevada caída durante el fin de semana. En tales condiciones, optamos por realizar la aproximación a la zona de observación equipados con las raquetas de nieve.   
El panorama no deja de ser espectacular, pero a medida que nos vamos aproximando al área donde supuestamente estarían las cabra, va entrando la niebla y se nos complica aun más la visibilidad.
No detectamos ni un solo rastro de los numerosos rebaños de Cabra Montés que suelen habitar en estas peñas. Solo hemos podido identificar las huellas del Zorro (Vulpes vulpes), y un par de Buitre Negros (Aegypius monachus) que vimos volar, nada más.   
Decidimos aproximarnos a un collado próximo para realizar un rastreo y esperar a ver las cabras por algún lugar, momento que aprovechamos para descansar y calentarnos con una sopa caliente.
Detectamos varios rastros de cabras ladera abajo, por lo que deducimos que, sorprendidas por la nevada, optaron por descender ladera abajo. No tardarán mucho en subir de nuevo, porque la Cabra Montés es un animal muy ligado a la peña y no le gusta permanecer mucho tiempo en los valles. Pero el frío y las condiciones de nieve no nos permiten permanecer inactivos largo tiempo, por lo que decidimos regresar. Así son las cosas, la fauna salvaje no siempre está donde esperas encontrarla, algo que tienen muy bien asumido los ecoturistas que hoy nos acompañan. 
A pesar de ello, han disfrutado de una estupenda ruta con las raquetas de nieve con excepcionales panorámicas de la Sierra de Guadarrama. 

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