Hoy nos "sumergimos" en la historia a través de los bosques de San Lorenzo de El Escorial, realizando la Ruta de los Paisajes de Malagón, un itinerario especialmente diseñado para recorrer los mismos parajes que encandilaron a Felipe II durante aquellos largos viajes que realizaba entre Valladolid y Toledo.
Nos acompañan Inés, Mª José y Cornelia, que han coincidido hoy por primera ver en una de nuestras rutas. También nos acompaña Irene, que viene en calidad de guía acompañante de Ecoturismo.
Nuestro propósito es, en primer lugar, ascender hacia las peñas de la Cruz de Rubens atravesando el bosque, visitando el hayedo, y comprobando el estado en el que se encuentran los nidos de los Buitres Leonados.
Durante el itinerario mostramos algunos de los elementos botánicos más interesantes del Bosque de Abantos, como el Abeto Pinsapo (Abies pinsapo), el Alerce Europeo (Larix decidua), el Haya (Fagus sylvatica), el Fresno (Fraxinus angustifolia), el Roble Melojo (Quercus pyrenaica), el Pino Resinero (Pinus pinaster), el Pino Silvestre (Pinus sylvestris), la Jara (Cistus ladanifer)....
El Hayedo del Trampalón muestra sus encantos incluso en invierno. Aquí está el "árbol madre" de este maravilloso bosque, un importante legado que nos dejaron aquellos ilustres naturalistas del siglo XIX que proyectaron la primera gran reforestación en España, entre ellos, el maestro Graells.
Poco a poco alcanzamos los impresionantes roquedos donde anidan desde tiempos inmemoriales los Buitres Leonados.
Como era de esperar por estas fechas, los buitres ya han acondicionado los nidos y uno de ellos parece haber puesto ya el huevo.
En tiempos de Felipe II existía en estos parajes una modesta ermita donde vivía un monje ermitaño llamado Juan Palomo.
De aquella ermita apenas quedan hoy los restos de los cimientos. Junto a ella, se alzaba una cruz sobre un montículo de piedras.
Aquella cruz bien podría ser la que plasmó el pintor Rubens en su cuadro del Monasterio de El Escorial, supuestamente dibujado desde un lugar muy cercano a este.
Mientras avanzamos por la cordal de Malagón vimos varios Buitres Leonados, Cuervos, una pareja de Buitres Negros, y los pájaros más habituales del bosque: Carboneros, Herrerillos, Pinzones, Trepadores... Localizamos por allí varias hozaduras de Jabalí y algunos excrementos del Corzo.
Nos instalamos en la Solana del Ventisquero para comer mientras disfrutamos de la fantástica panorámica.
En tiempos de Felipe II existía en estos parajes una modesta ermita donde vivía un monje ermitaño llamado Juan Palomo.
De aquella ermita apenas quedan hoy los restos de los cimientos. Junto a ella, se alzaba una cruz sobre un montículo de piedras.
Cuadro del paisaje de El Escorial, obra del pintor Rubens , que visitó el lugar en el año 1629. |
Durante el descenso atravesamos de nuevo la densa masa forestal.
Ladera abajo se encuentra el Refugio de Los Llanillos, lugar donde todavía se conservan los antiguos bancales que sirvieron de vivero durante los trabajos de reforestación del Monte Abantos a finales del siglo XIX.
Tras la visita a Los Llanillos, cruzamos la fresneda y llegamos al Arca del Helechal, una construcción levantada para abastecer de agua a la Casita del Infante.
Ladera abajo se encuentra el Refugio de Los Llanillos, lugar donde todavía se conservan los antiguos bancales que sirvieron de vivero durante los trabajos de reforestación del Monte Abantos a finales del siglo XIX.
Tras la visita a Los Llanillos, cruzamos la fresneda y llegamos al Arca del Helechal, una construcción levantada para abastecer de agua a la Casita del Infante.
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