lunes, 10 de septiembre de 2018

Ciencia Ciudadana: Hallazgo del Liquen de los Lobos en la Sierra de Guadarrama (Segovia).

Rubén Bernal (Asociación "Reforesta"), que asistió a uno de nuestros Talleres de Líquenes, ha localizado el Liquen de los Lobos (Letharia vulpina) en la Sierra de Guadarrama, concretamente en la cara norte de La Peñota, a unos 1.800 m. de altitud.
Cara norte de La Peñota (Sierra de Guadarrama, Segovia).
Rápidamente nos hemos puesto en marcha y acudimos al lugar para examinar la zona, pues se trata de un hallazgo muy importante: Este liquen nunca ha sido citado en la Sierra de Guadarrama. 
Uno de los pinos muertos que alberga al Liquen de los Lobos.
Era cuestión de tiempo que localizáramos esta especie en la Sierra de Guadarrama, pues teníamos fundadas sospechas de su presencia.  
Letharia vulpina en la Sierra de Guadarrama. © Rubén Bernal.
La aportación realizada por Rubén Bernal con este descubrimiento es notable, pues por fin podemos confirmar la existencia estable de este enigmático liquen en varios puntos del Sistema Central: La Sierra de Ayllón (Guadalajara), la Sierra del Rincón (Madrid), y ahora, la Sierra de Guadarrama (Segovia).
Letharia vulpina en la Sierra de Guadarrama. © Rubén Bernal.
La cara norte de La Peñota pertenece al Valle del Río Moros, dentro del municipio segoviano de El Espinar.  
Mapa con la localización exacta de la población de Letharia vulpina en la Sierra de Guadarrama.
Cerca de la cumbre, en torno a los 1.800 m. de altitud, en medio de un gran canchal, se mantienen en pie varios ejemplares muertos del Pino de Valsaín. 
Detalle de una de las localizaciones de Letharia vulpina en La Peñota.
Hemos localizado al Liquen de los Lobos sobre cuatro de estos ejemplares. En uno de ellos aparecen talos muy pequeños, poco desarrollados, compartiendo hábitat con otros líquenes fruticulosos, sobre la corteza de un pino recién muerto. 
Letharia vulpina sobre la corteza de un Pino de Valsaín. 
Los otros tres pinos estaban pelados, sin corteza aparente. En ellos, el Liquen de los Lobos se asentó tanto sobre ramas como sobre el leño.
Letharia vulpina sobre un Pino de Valsaín muerto. 
La ecología de estas muestras encaja perfectamente con la ecología descrita para esta especie en otras localizaciones de la Península Ibérica: Sobre cortezas ácidas y partes muertas de troncos y ramas de Robles, Pinos y Tejos, con preferencia por los ejemplares añosos y grandes. Y al igual que en las otras localizaciones constatadas del Liquen de los Lobos en el Sistema Central, tiende a asentarse sobre forófitos expuestos en ladera norte, con preferencia a ocupar zonas de máxima insolación.
Varios talos de Letharia vulpina sobre un Pino de Valsaín muerto.
La presencia de este liquen está siempre ligada a bosques maduros y estables, bien conservados, lo cual le otorga al bosque del Río Moros un altísimo valor botánico. Trataremos de establecer un protocolo de seguimiento para la única población detectada del Liquen de los Lobos en la Sierra de Guadarrama. 
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jueves, 6 de septiembre de 2018

La Cruz de Rubens (San Lorenzo de El Escorial, Madrid).

Nuestra propuesta para el día de hoy es la ruta que gira en torno a La Cruz de Rubens, emblemático lugar escondido en un rincón del Pinar de Abantos, en San Lorenzo de El Escorial. Nos acompañan Carmen y Miguel, vecinos de El Escorial.
La historia de este lugar se remonta al año 1595, cuando Felipe II ordenó instalar tres cruces en las cumbres de Malagón. Quiso, de esta manera, señalizar los tres lugares desde donde el monarca disfrutaba de su particular "paraíso terrenal". 
Años más tarde, en tiempos de Felipe IV, subió el ilustre pintor Rubens acompañado de Velázquez, con la intención de realizar un cuadro del monasterio que plasmara la panorámica que tanto adoraba Felipe II.
Posteriormente las cruces desaparecieron, hasta que en el año 1968 volvieron a ser colocadas, en los mismos lugares. 
Cuadro de Rubens del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

En las praderas de Malagón, sorprendimos a la Esfinge Colibrí (Macroglossum stellatarum) revoloteando sobre las flores otoñales. 
Esfinge Colibrí (Macroglossum stellatarum).
Flores otoñales todavía se ven pocas, tan sólo las tardías Hierbas de Santiago (Jacobaea vulgaris) y algunos cardos. Pero ya asoman las primeras Merenderas (Merendera montana) en los prados, encargadas de anunciar la inminente llegada del otoño. 
Merendera (Merendera montana).
El descenso lo realizamos atravesando el Hayedo del Trampalón, el "regalo" que nos dejaron aquellos ilustres naturalistas del siglo XIX, cuando se enfrentaron a la difícil tarea de reforestar el Monte Abantos. 
Gracias, entre otros, a Máximo Laguna, a Miguel del Campo y a Mariano de la Paz Graells, hoy podemos disfrutar de parajes como este en San Lorenzo de El Escorial.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Alta Ruta de los Pinares de Valsaín (Sierra de Guadarrama, Madrid).

Hoy estrenamos una ruta recién incorporada a nuestro Catálogo de Rutas Ibéricas, la Alta Ruta de los Pinares de Valsaín, un recorrido circular por el interior del mayor pinar autóctono de Pinus sylvestris de España.
Nos acompañan Conchi, Mayte, Fabián y Jorge. Iniciamos la ruta en el Puerto de Cotos, tomando el sendero señalizado que asciende por la ladera en dirección a la Peña Citores.
A medida que ascendemos por la montaña contemplamos el Pinar de Valsaín, la inmensa "mancha verde" del Sistema Central, perfectamente visible y reconocible desde el espacio. 
Estamos ante uno de los pinares de Pino Silvestre más hermosos y mejor conservados de la Península Ibérica. En ningún otro lugar el Pino Albar o Pino de Valsaín tiene la calidad que adquiere en estos montes.
En el collado Citores localizamos un interesante endemismo botánico, la Beleza (Senecio pyrenaicus sbsp. carpetanus), presente únicamente en las zonas altas de la Sierra de Guadarrama y Somosierra, casi siempre en áreas donde los neveros permanecen largo tiempo. 
Beleza (Senecio pyrenaicus sbsp. carpetanus).
Sobre una de estas plantas, reconocimos el inconfundible sonido de las Chicharras de Montaña (Lluciapomaresius stalii), criatura descrita por Ignacio Bolívar, discípulo de Graells y uno de los grandes entomólogos de la historia (y además, español).
Chicharra de Montaña (Lluciapomaresius stalii). 
Cerca de la cumbre de la Peña Citores se conservan los primeros restos de los asentamientos militares del Batallón Alpino. Aprovechando que tenemos entre nosotros a un gran historiador, le pedimos a Fabián Núñez que nos explicara el origen del Batallón Alpino y el motivo de la presencia aquí de sus asentamientos más estratégicos. 
Multitud de Buitres Leonados y algún Buitre Negro vuelan sobre nosotros, momento para recordar que el 94 % de los Buitres Leonados de Europa residen en España, y que el 98 % de los Buitres Negros europeos son también "españoles".
Ponemos rumbo a las Trincheras del Batallón Alpino de la Peña Citores. Las tropas nacionales persiguieron el control de esta montaña, de modo que el Batallón Alpino se estableció aquí de forma permanente, sujeto a posibles escaramuzas y a las inclemencias del crudo invierno.
La peor pesadilla de aquellos hombres fue hacer frente a la nieve, a las ventiscas y a las bajísimas temperaturas durante los inviernos. Muchos de ellos eran experimentados montañeros y alpinistas, miembros del Club Alpino Español y de la Sociedad Española de Alpinismo Peñalara. 
Otros eran grandes esquiadores, como el campeón nacional Manuel Pina, fusilado como tantos otros al finalizar la guerra.
Entre las fisuras de las rocas crece Cryptogramma crispa, un curioso helecho alpino que solo aparece en las cumbres más elevadas de los principales sistemas montañosos de España: Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Sierra Nevada.
Cryptogramma crispa.
Tras visitar las trincheras, nos dirigimos a los riscos de Majalgrillo, donde se ubica uno magnífico refugio de montaña desde donde se disfrutan las mejores panorámicas del Monte de Valsaín. 
Es el momento que aprovechamos para comer y para descansar antes de acometer la bajada hacia el pinar. 
La inmensa "mancha verde" de los Pinares de Valsaín se extiende más allá de donde alcanza nuestra vista.
Que en la actualidad podamos disfrutar de este bosque de pinos es todo un privilegio, y casi un milagro, después de las vicisitudes por las que ha tenido que pasar a lo largo de la historia.
Sin la intervención de Carlos III, probablemente hoy no existiría este bosque. El monarca compró los Montes de Valsaín en un momento en el que la voracidad humana hacia los bosque era terrible. 
En el año 1874 re realizaron los primeros estudios de ordenación del monte, con un interés especial en buscar un equilibrio entre rendimiento y conservación. El número de árboles talados nunca ha sido superior a las posibilidades de regeneración del propio pinar.
En tiempos de la Segunda República, los Montes de Valsaín pasaron a ser Patrimonio de la República, después a Patrimonio Nacional, luego al ICONA, y finalmente a Parques Nacionales, su actual gestor. 
A lo largo de sus 10.688 Has, el pinar compagina el aprovechamiento sostenible de una de las maderas más valoradas del mundo con una riqueza natural extraordinaria.