Ya estamos en los Picos de Europa con el "equipo 1" inscrito para la ascensión a la Torre de La Palanca: Teresa, Conchi, Sara y Javier.
Teresa y Conchi van a "bautizarse" en Picos con esta gran ruta, que podríamos considerar como una de las más bellas e impresionantes de cuantas pueden realizarse en estas montañas. Sara y Javier, en cambio, ya conocen las sensaciones de los picos, sensaciones que les impulsan a inscribirse de nuevo en actividades como esta, para poder vivirlas una vez más. Llegamos anoche procedentes de Madrid y nos alojamos en el Hotel Rural "El Tombo", en Cordiñanes de Valdeón.
Foto: Javier Villaverde. |
Con sus 2.614 m. de altitud, la Torre de la Palanca forma parte del grupo del Llambrión, situado en el macizo central de los Picos de Europa. Se trata de una ascensión bastante exigente, tanto por el elevado desnivel que hay que salvar como por los pasos técnicos y trepadas que debemos afrontar.
El primer tramo de la ascensión exige superar los vertiginosos paredones de la Rienda de Asotín que dan acceso a la Canal de Asotín, en cuyo interior se esconde un magnífico hayedo, declarado el año pasado "Patrimonio Mundial" por la Unesco.
La climatología es favorable, aunque se anuncian posibles tormentas a final de la jornada de hoy y de mañana. Confiemos en que estas tormentas no alteren demasiado nuestro programa.
Tras cruzar el Hayedo de Asotín, subimos por la canal hacia la Vega de Asotín, que ya ofrece excelentes panorámicas del Macizo del Cornión.
A pesar del fuerte desnivel el equipo marcha a un ritmo excelente hacia el Collado Solano, lugar donde tenemos previsto realizar otra parada "técnica".
Aunque nos encontramos en pleno verano, la flora de los Picos exhibe el colorido propio de la primavera, que este año viene con bastante retraso.
Tras cruzar el Hayedo de Asotín, subimos por la canal hacia la Vega de Asotín, que ya ofrece excelentes panorámicas del Macizo del Cornión.
A pesar del fuerte desnivel el equipo marcha a un ritmo excelente hacia el Collado Solano, lugar donde tenemos previsto realizar otra parada "técnica".
Aunque nos encontramos en pleno verano, la flora de los Picos exhibe el colorido propio de la primavera, que este año viene con bastante retraso.
"Aster de los Alpes" (Aster alpinus). |
En la Vega de Asotín se observa toda una variedad de flores propias de los pastos alpinos de naturaleza calcárea, como el "Áster de los Alpes" (Aster alpinus).
Lirio de Montaña (Iris latifolia). |
En el Collado Solano no faltan los Lirios de Montaña (Iris latifolia), cuya floración viene este año con un notable retraso. Allí mismo fue donde sorprendimos a estos Ascaláfidos revoloteando sobre las praderas. Se trata de un pequeño grupo de insectos voladores (Neurópteros), cuyas alas exhiben una bonita coloración amarilla y negra.
Libelloides longicornis. |
La nubosidad va en aumento y mucho nos tememos que podría caernos una tormenta antes de llegar al Collado Jermoso. Cruzamos los dedos para que no nos caiga mientras trepamos por las llambrias del Argayo Congosto.
Surcando las Traviesas de Congosto nos encontramos con el primer nevero de la ascensión. Hacía mucho tiempo que este nevero no permanecía durante los meses del verano; parece que este año aguantará incluso hasta agosto. Las cabras domésticas de los Picos de Europa exponen sus cuerpos a los "vacíos" de la Canal de Asotín.
Numerosos Buitres Leonados sobrevuelan en lo alto mientras las Chovas lanzan sus característicos gritos que retumban en los paredones rocosos. Se siente el latido de la vida salvaje de los Picos de Europa.
La niebla penetra por la canal y de vez en cuando nos caen algunas gotas, pero parece que la tormenta no va a más y nos va a permitir hacer el Argayo Congosto sin demasiados problemas.
Finalmente llegamos al Collado Jermoso a eso de las 17:50 h. Asomándonos con cuidado en lo alto de la Torre Jermosa, podemos contemplar la impresionante ascensión que realizamos desde Cordiñanes.
Ahora toca descansar y reponerse de los 1.200 m. de desnivel superados. Una buena ducha con agua caliente y la excelente cena que nos preparan en el refugio nos dejan "como nuevos" para disfrutar de uno de los momentos más especiales de la jornada: El ocaso desde la Torre Jermosa.
Pocos lugares en el mundo ofrecen unas sensaciones tan gratificantes como estas...
Solo por disfrutar de un ocaso como este merece la pena el esfuerzo de llegar hasta aquí.
Poco después de producirse el ocaso tras la Torre Santa, los últimos rayos del sol se despidieron iluminando el macizo del Llambrión.
A la mañana siguiente iniciamos el intento de ascensión a la Torre de La Palanca. Se observan varios neveros hacia la cumbre, algunos de ellos "colgados" en grandes pendientes que exigen, probablemente, el uso de material técnico (crampones y piolet).
No obstante vamos a ascender hasta donde podamos para explorar todas las posibilidades, siendo conscientes de la dificultad que este año entraña la ascensión a la Torre de La Palanca.
Efectivamente, un tercer nevero en la ascensión es tan grande que nos bloquea por completo el acceso sin el correspondiente material técnico, lo que nos obliga a abortar la ascensión.
La niebla penetra por la canal y de vez en cuando nos caen algunas gotas, pero parece que la tormenta no va a más y nos va a permitir hacer el Argayo Congosto sin demasiados problemas.
Finalmente llegamos al Collado Jermoso a eso de las 17:50 h. Asomándonos con cuidado en lo alto de la Torre Jermosa, podemos contemplar la impresionante ascensión que realizamos desde Cordiñanes.
Pocos lugares en el mundo ofrecen unas sensaciones tan gratificantes como estas...
Poco después de producirse el ocaso tras la Torre Santa, los últimos rayos del sol se despidieron iluminando el macizo del Llambrión.
A la mañana siguiente iniciamos el intento de ascensión a la Torre de La Palanca. Se observan varios neveros hacia la cumbre, algunos de ellos "colgados" en grandes pendientes que exigen, probablemente, el uso de material técnico (crampones y piolet).
No obstante vamos a ascender hasta donde podamos para explorar todas las posibilidades, siendo conscientes de la dificultad que este año entraña la ascensión a la Torre de La Palanca.
Efectivamente, un tercer nevero en la ascensión es tan grande que nos bloquea por completo el acceso sin el correspondiente material técnico, lo que nos obliga a abortar la ascensión.
Pero antes de descender al refugio nos damos una vuelta por el Nevero del Llambrión, que a tenor de su considerable tamaño y espesor, va a resistir todo el año.
Los Rebecos (Rupicapra rupicapra), que lucen su característica coloración estival, acuden al collado en busca de los suculentos pastos de altura que les brindan alimento en un entorno que resulta muy poco favorable para otro tipo de mamíferos.
Rebecos (Rupicapra rupicapra). |
Chovas Piquigualdas (Pyrhocorax graculus). |
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