Los Pinares Llanos de Peguerinos no dejan de sorprender, no solo por su extraordinaria biodiversidad, sino también por la multitud de enigmas que se esconden en su interior.
Junquillo Blanco o Narciso Pálido (Narcissus triandrus). |
Escarabajo Tigre (Cicindela campestris). |
Tras la visita del mirador descendemos hacia los Pinares Llanos, masa forestal autóctona de Pinus sylvestris.
En esta misma zona fue donde Mariano de la Paz Graells se encontró, en el año 1848, con una hermosa criatura que parecía salida de un cuento de Hadas. Se trataba de una mariposa nocturna a la bautizó como la "Mariposa Isabelina", en honor a su gran amiga la reina Isabel II.
Muy cerca de aquí encontramos la misteriosa "cara" de Peguerinos. Examinando los líquenes que han cubierto sus superficies, podemos determinar que la edad ronda los 80 años, de modo que sospechamos que la hizo algún soldado de la Guerra Civil Española. Además, muy cerca de ella se conservan los restos de un antiguo campamento militar.
No estábamos seguros de dar con ella, pero el hallazgo nos has hecho sentirnos como Indiana Jones.
Allí se encuentra el Monumento a la Mariposa Isabelina, el único monumento que existe en el mundo dedicado a un insecto.
El último tramo de la ruta consiste en seguir aguas arriba el arroyo de Navalacuerda, que pasa muy cerca de la Cresta de la Cueva.
Tras 9 km. de ruta, llegamos al final. Ha sido una jornada trepidante que nos ha permitido disfrutar de la naturaleza en la más absoluta soledad: No nos hemos encontrado con nadie, sólo con la "cara" de Peguerinos.
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