miércoles, 2 de mayo de 2018

Ruta de los Pinares Llanos de Peguerinos (Ávila).

Los Pinares Llanos de Peguerinos no dejan de sorprender, no solo por su extraordinaria biodiversidad, sino también por la multitud de enigmas que se esconden en su interior.  
El acceso a este singular espacio natural de la Red Natura 2000 se encuentra restringido desde San Lorenzo de El Escorial, de modo que realizamos la aproximación al punto de inicio del itinerario en nuestro vehículo todoterreno. 
Uno de los objetivos de la ruta de hoy es localizar la misteriosa "cara" de Peguerinos, una cara esculpida en una roca, sobre la que se cierne toda una serie de leyendasNos acompañan Fabian y Teresa, dos habituales de nuestras aventuras, y Amor, que se estrena hoy como expedicionaria graellsiana.
Partimos del Albergue de la Cueva, en el risco de la Cueva Verde. Durante el recorrido hemos tomado algunas muestras botánicas para identificar posibles especies singulares. Los Narcisos Pálidos (Narcissus triandrus) son los protagonistas de las praderas de los roquedos.
Junquillo Blanco o Narciso Pálido (Narcissus triandrus). 
Nos dirigimos en primer lugar hacia el Mirador de la Naranjera, situado en la Cordal de Cuelgamuros. Por el camino, sorprendimos a este Escarabajo Tigre (Cicindela campestris) buscando posibles presas. 
Escarabajo Tigre (Cicindela campestris).
El Mirador de la Naranjera ofrece una excelente panorámica del Valle de Cuelgamuros, popularmente conocido como el "Valle de los Caídos".  
La Cruz de Los Caídos tiene una altura de 150 m. y está considerada como la cruz cristiana más alta del mundo, visible a más de 40 km. de distancia. 
Además del Valle de los Caídos, desde el mirador se puede contemplar la panorámica completa de la Sierra de Guadarrama, que todavía mantiene gran cantidad de nieve en sus cumbres.
Tras la visita del mirador descendemos hacia los Pinares Llanos, masa forestal autóctona de Pinus sylvestris.
En esta misma zona fue donde Mariano de la Paz Graells se encontró, en el año 1848, con una hermosa criatura que parecía salida de un cuento de Hadas. Se trataba de una mariposa nocturna a la bautizó como la "Mariposa Isabelina", en honor a su gran amiga la reina Isabel II. 
Muy cerca de aquí encontramos la misteriosa "cara" de Peguerinos. Examinando los líquenes que han cubierto sus superficies, podemos determinar que la edad ronda los 80 años, de modo que sospechamos que la hizo algún soldado de la Guerra Civil Española. Además, muy cerca de ella se conservan los restos de un antiguo campamento militar. 
No estábamos seguros de dar con ella, pero el hallazgo nos has hecho sentirnos como Indiana Jones
Pero la aventura continua, y ahora ponemos rumbo hacia las zonas más bajas de los pinares. 
Allí se encuentra el Monumento a la Mariposa Isabelina, el único monumento que existe en el mundo dedicado a un insecto.
Para nosotros este lugar es mágico y muy especial, porque fue aquí donde nos encontramos con un ejemplar vivo de la Isabelina, y decidimos ponerle el nombre de "Graellsia" a nuestra empresa de ecoturismo.  
Pero las sorpresas no cesan y ahora ponemos rumbo a las Canteras de Navalacuerda, de gran importancia histórica.
Aquí yacen cientos de grandes bloques de granito tallados en el siglo XVI con la intención de construir una gran canalización de agua para abastecer al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. 
El último tramo de la ruta consiste en seguir aguas arriba el arroyo de Navalacuerda, que pasa muy cerca de la Cresta de la Cueva. 
Tras 9 km. de ruta, llegamos al final. Ha sido una jornada trepidante que nos ha permitido disfrutar de la naturaleza en la más absoluta soledad: No nos hemos encontrado con nadie, sólo con la "cara" de Peguerinos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario