martes, 18 de julio de 2017

Cerro de Cueva Valiente (Sierra de Malagón, Ávila).

Continua el verano y seguimos ofreciendo aventuras para nuestros clientes más atrevidos. Nuestro Programa de Actividades nos lleva hoy al Cerro de Cueva Valiente, en la Sierra de Malagón, aledaña a la Sierra de Guadarrama.
Nos acompañan Nacho, procedente de El Espinar (Segovia) y Cristina, de Algete (Madrid). 
La ascensión al Cerro de Cueva Valiente incluye la visita a la misteriosa caverna que le otorga nombre a la Montaña. Se trata de una cavidad granítica de difícil interpretación geológica, posiblemente realizada por el hombre en tiempos pretéritos, para obtener de ella algún tipo de mineral.
El microclima que genera la cueva favorece la instalación de ciertas especies vegetales más propias de climas oceánicos, como es el caso del helecho Dryopteris filix-mas.
Observamos en los frondes del helecho los soros, estructuras portadoras de los esporangios.
Cris, como buena biologa, examina algunos de los caracteres que permiten la identificación de la especie
Además de varias especies de helechos, observamos en las paredes de la cueva musgos y líquenes muy interesantes.  
Explorando el interior de la cueva, localizamos zonas con abundantes cristales de cuarzo.  
Varias especies de insectos alados (dípteros, himenópteros...) parecen encontrar aquí una temperatura más agradable que ahí fuera, donde los termómetros se disparan durante estos días de calor.
Permanecemos en la cueva el tiempo suficiente para explorarla y para tomarnos un picnic antes de afrontar las rampas finales de la ascensión al cerro.
Las vistas desde esta zona son espectaculares. En el entorno de la cueva observamos algunas aves, como los Aviones Roqueros (Ptyonoprogne rupestris), que muy probablemente anidan cerca. 

Las vistas son tan espectaculares que invitan a parar para disfrutar brevemente de la panorámica.
La cumbre del cerro de Cueva Valiente está situada a 1.903 m. de altitud, y representa la máxima elevación de la Sierra de Malagón.
Nacho ya ha subido varias veces al cerro, pero nunca había podido localizar la cueva. Hoy ha podido por fin quitarse esa espinita.
Estando el la cumbre, avistamos a varios Buitres Leonados por la zona.  
A Cris le encanta abrazarse a los vértices geodésicos cada vez que sube a una cumbre.
A partir de este punto iniciamos el descenso visitando las huellas que dejó la Guerra Civil en este lugar. Los nidos de ametralladora están estratégicamente ubicados para ofrecer las mejores panorámicas del entorno del Alto del León. 
  
Nacho es un gran conocedor de la Historia de España y nos regaló una charla muy interesante sobre la Guerra Civil.
Por los alrededores de los nidos de ametralladora, todavía es posible encontrar algunos casquillos de bala.
Como toque final a nuestra ruta, visitamos las galerías de la Mina de Wolframio, situada en el vecino Cabeza Líjar.

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