Hoy jueves hemos realizado un tour privado bajo petición de Raquel, Roberto y Diego (San Lorenzo de El Escorial, Madrid). Hemos optado por la Ascensión al Cerro de la Cueva Valiente, en la Sierra de Malagón, por tratarse de un lugar desconocido para ellos, y porque reúne todos los ingredientes para una jornada dedicada a la desconexión y al contacto con la naturaleza.
Nuestro itinerario es el más salvaje posible, pues la mayor parte del mismo discurre fuera de traza. Ello nos permite identificar rastros de la fauna silvestre, como excrementos de Jabalí, Ciervo, Zorro, Corzo...
Nos encontramos en una de las masas forestales autóctonas mejor conservadas de la Sierra de Guadarrama. Prueba de ello es la abundancia de la Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), también conocida como la "Uva de Oso", planta rastrera cuyas propiedades medicinales son bien conocidas.
Sorprendimos a un grupo de tres o cuatro Buitres Negros (Aegypius monachus) que se lanzaron al vuelo muy cerca de nosotros. Pronto iniciarán su temporada de cría, por lo que no descartamos la posibilidad de que se trate de dos parejas buscando una zona para la nidificación.
La ascensión al Cerro de Cueva Valiente no puede plantearse sin la visita casi obligada a la caverna que le da nombre, una cavidad de origen incierto cuyo emplazamiento exige dominar bien las técnicas de la orientación topográfica.
Durante el regreso realizamos una visita improvisada a los restos de los búnkers de la Guerra Civil, muy abundantes en la zona, y a la Mina de Wolframio, presente en una de las laderas del Cabeza de Líjar, dos "trozos" de la historia ligada a la Sierra de Guadarrama que no conviene olvidar.
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