Hoy ha sido Isabel, procedente de Madrid, quien ha querido realizar el recorrido interpretativo con nosotros, para observar la fauna de estos bosques tan singulares.
Saliendo de las calles de San Lorenzo hacia el pinar, vimos un Verdecillo (Serinus serinus) buscando alimento en una de las aceras del pueblo. Tan pronto como nos adentramos en el pinar, vimos varios Cuervos (Corvus corax) que se estaban acicalando en lo alto de un pino, junto a las Palomas Torcaces (Columba palumbus). Un par de Picos Picapinos (Dendrocopos major) volaron sobre nuestras cabezas, mientras el Arrendajo (Garrulus glandarius) tomaba posiciones en los márgenes del bosque. También el Pito Real (Picus viridis) cantó varias veces durante todo nuestro ascenso hacia la cresta del Monte Abantos.
Cruzando la cresta vimos varios Aviones Roqueros (Hirundo rupestris) que anidan en los paredones del Monte Abantos. También desde aquí contemplamos el vuelo de varios Buitres Leonados (Gyps fulvus) que parecen haber cerrado ya la temporada de cría de este año.
Mientras le mostrábamos a Isabel el secreto mejor guardado del Monte Abantos, su hayedo, vimos varios Trepadores Azules (Sitta europaea) y un Busardo Ratonero (Buteo buteo) que volaba sobre el valle emitiendo sus característicos gritos.
Cruzando el arroyo del Romeral vimos una Rana Común (Pelophylax perezi) sumergirse bajo las aguas de las charcas estivales del arroyo. También sorprendimos un ejemplar juvenil de la Lagartija Colilarga (Psammodromus algirus). Le mostramos a Isabel la danza nupcial de los Opiliones, interesantes criaturas que viven en el bosque. Pero la gran sorpresa vino con el encuentro de la oruga del Gran Pavón Nocturno (Saturnia pyri), la mariposa más grande de Europa.
Oruga del Gran Pavón (Saturnia pyri). |
Esto fue lo que dio de sí la jornada matinal de hoy, un paseo de unas 4 horas por el interior del Pinar de Abantos, que no deja de sorprendernos cada vez que lo visitamos.
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