Regresamos a la Sierra de La Culebra (Zamora) con motivo de la Expedición Lobo Ibérico, actividad que desarrollamos en las montañas que atesoran la mayor densidad de lobos de la Europa Occidental.
Allí pasamos toda la mañana realizando la visita guiada con los técnicos del centro, especialistas en la biología y en el manejo de la especie.
Allí nos espera Carlos Sanz, colaborador directo de Félix Rodríguez de la Fuente, y uno de los mayores expertos en Lobo Ibérico que tenemos en España. Trabajó con Félix entre 1975 y 1980, durante el rodaje de la serie "El Hombre y La Tierra". A él le debemos aquellas maravillosas imágenes de los lobos corriendo delante de un sol enrojecido por el ocaso, secuencias que dieron la vuelta al mundo.
Carlos Sanz durante su etapa en "El Hombre y La Tierra". |
Desde la trágica muerte de Félix, aquel fatídico 14 de marzo de 1980, Sanz no ha dejado de trabajar con lobos. Su conocimiento sobre el Lobo Ibérico es hoy incuestionable, y pese a quien pese, nadie mejor que él sabe qué es lo mejor para garantizar la supervivencia del lobo en España.
Como siempre, Carlos estuvo muy pendiente de nosotros y tuvo el detalle de dedicarnos parte de su tiempo en un día de mucha actividad para él.
El centro nos brinda la oportunidad de ver lobos en semi-libertad, pudiendo tomar fotografías de auténticos lobos.
Una de las señas de identidad del Lobo Ibérico (Canis lupus signatus) son esas manchas oscuras en el lomo y en la parte frontal de las patas delanteras.
También su mirada es inconfundible, fija y penetrante, con esos ojos color ámbar...
Después de la visita al centro nos dirigimos a Villardeciervos, uno de los pocos pueblos de Zamora que ha sabido mantener el legado de su naturaleza y vivir de ella sin sufrir en exceso la despoblación rural.
Realizamos una larga espera durante el ocaso, pero no dio resultados.
A la mañana siguiente regresamos al mismo lugar, porque se han visto lobos por aquí recientemente. Una de las señas de identidad del Lobo Ibérico (Canis lupus signatus) son esas manchas oscuras en el lomo y en la parte frontal de las patas delanteras.
Después de la visita al centro nos dirigimos a Villardeciervos, uno de los pocos pueblos de Zamora que ha sabido mantener el legado de su naturaleza y vivir de ella sin sufrir en exceso la despoblación rural.
Realizamos una larga espera durante el ocaso, pero no dio resultados.
El ecoturismo del Lobo Ibérico exige un protocolo de actuaciones muy estricto en el que cada detalle cuenta, si queremos que nuestra actividad no genere impactos negativos.
Las esperas loberas requieren de mucha paciencia y, sobretodo, resistencia al frío intenso de la Sierra de La Culebra. No podemos garantizar los avistamientos, pero hacemos todo lo posible para intentar conseguirlo. En este sentido, es importante acudir siempre a los puntos de observación que están autorizados para la observación del lobo ibérico en libertad.
Tras la espera matinal nos disponemos a realizar una ruta por territorio lobero para rastrear sus huellas y señales.
Aquí tenemos un excremento típico de lobo, con abundantes restos de pelo de ciervo y crines de Jabalí.
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