Un mes más nos sumergimos en la magia de la noche en el Monte Abantos (San Lorenzo de El Escorial, Madrid) para contemplar la luna llena.
Nos acompañan Clara, Maite y Jose Pedro. Clara vive en San Lorenzo de El Escorial, pero hoy es la primera vez que sube al Monte Abantos.
Maite y Jose Pedro son hermanos, y vienen de Valdemorillo (Madrid).
Realizamos la ascensión al Monte Abantos por la cara este de la montaña, con vistas siempre al horizonte de Madrid, que es donde asomará la luna llena en torno a las 21:00 h.
El Monte Abantos debe su nombre a los Alimoches, también conocidos como "Abantos", que en tiempos de Felipe II anidaban en los cantiles de esta montaña.
Durante la ascensión no obtuvimos ningún avistamiento faunístico destacable, salvo el Arrendajo (Garrulus glandarius), que fiel a su compromiso de velar por la seguridad del bosque, dio buena cuenta de nuestra presencia al resto de sus habitantes.
Tras un par de horas de trepidante ascensión, llegamos a la cumbre justo a tiempo para disfrutar de uno de los más bellos ocasos que se pueden ver en Madrid.
Siendo este uno de los veranos más calurosos de los últimos años, la temperatura baja considerablemente con la llegada de la noche, por debajo incluso de los 10ºC a una altitud como la que nos encontramos.
Tras el ocaso y la salida de la Luna, nos disponemos a cenar junto al calor de una lumbre.
Durante el descenso nos sumergimos en la oscuridad del bosque, donde sorprendimos a un corzo. Pero no escuchamos al Chotacabras, un ave nocturna que solía frecuentar estos pinares durante las noches de verano; parece que ha iniciado ya su migración postnupcial hacia otros territorios.
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