Hoy llevamos a Luis y a Lorena a uno de los lugares más misteriosos de la Sierra de Guadarrama: La Cueva Valiente.
El objetivo es que disfruten de uno de los ocasos más espectaculares de cuantos nos puede ofrecer la Sierra de Guadarrama. El paraje recóndito y aislado donde se esconde esta caverna constituye un refugio para una rica y variada fauna.
Ciervos, corzos, jabalíes, zorros, buitres leonados y negros, gavilanes, ratoneros... son habituales por la zona. Incluso algún Lobo ha dejado indicios por aquí, no hace mucho tiempo.
Los días ya se están acortando y por poco no llegamos a tiempo para disfrutar del gran momento.
En cuanto nos aproximamos a la entrada de la caverna, nos envolvió rápidamente la bella atmósfera del ocaso.
Tras el ocaso, subimos a la cumbre y buscamos un buen lugar para disfrutar de la cena.
Además de Buitres Leonados y Negros, hemos visto a un Busardo Ratonero desde muy cerca. Pero nada de corzos ni ciervos, tan solo restos de excrementos bastante secos, y pocas hozaduras de jabalí. La falta de agua por la zona es muy evidente y podría estar detrás de estas ausencias.
Procedentes de Madrid nos visitan hoy Mariló y Héctor, que vienen a San Lorenzo de El Escorial acompañados de sus hijos Emma y Héctor, dispuestos a disfrutar de una jornada de naturaleza con una de nuestras principales rutas locales: El Bosque de Abantos.
Mariló es licenciada en Biología, aunque no ejerce como tal. Pero aún conserva muchos conocimientos de su etapa universitaria, y hoy procura transmitir a sus hijos su amor por la naturaleza.
Su hijo Héctor es un apasionado de todo lo que le rodea, y no pierde detalle: Se fija en los pájaros, en las plantas, en las mariposas, en las piedras...
Recorremos el pinar observando y escuchando todo cuanto nos rodea. Vemos Carboneros, Pinzones, Rabilargos...y hemos escuchado al Arrendajo.
A pesar de la tremenda sequía de este año, el hayedo del Abantos conserva todo su esplendor.
Visitamos el haya más añeja del bosque, un enorme ejemplar que rozará los 140 años de edad.
Hayas, fresnos, robles, alerces... son solo algunos ejemplos de la diversidad arbórea presente en el Pinar de Abantos, un bosque con mucha historia.
Mientras descendemos por el valle los Arrendajos (Garrulus glandarius) ejercen su labor de guardabosques, ante la mirada curiosa de nuestros acompañantes.
Un mes más nos sumergimos en la magia de la noche en el Monte Abantos (San Lorenzo de El Escorial, Madrid) para contemplar la luna llena.
Nos acompañan Clara, Maite y Jose Pedro. Clara vive en San Lorenzo de El Escorial, pero hoy es la primera vez que sube al Monte Abantos.
Maite y Jose Pedro son hermanos, y vienen de Valdemorillo (Madrid).
Realizamos la ascensión al Monte Abantos por la cara este de la montaña, con vistas siempre al horizonte de Madrid, que es donde asomará la luna llena en torno a las 21:00 h.
El Monte Abantos debe su nombre a los Alimoches, también conocidos como "Abantos", que en tiempos de Felipe II anidaban en los cantiles de esta montaña.
Durante la ascensión no obtuvimos ningún avistamiento faunístico destacable, salvo el Arrendajo (Garrulus glandarius), que fiel a su compromiso de velar por la seguridad del bosque, dio buena cuenta de nuestra presencia al resto de sus habitantes.
Tras un par de horas de trepidante ascensión, llegamos a la cumbre justo a tiempo para disfrutar de uno de los más bellos ocasos que se pueden ver en Madrid.
Siendo este uno de los veranos más calurosos de los últimos años, la temperatura baja considerablemente con la llegada de la noche, por debajo incluso de los 10ºC a una altitud como la que nos encontramos.
Tras el ocaso y la salida de la Luna, nos disponemos a cenar junto al calor de una lumbre.
Durante el descenso nos sumergimos en la oscuridad del bosque, donde sorprendimos a un corzo. Pero no escuchamos al Chotacabras, un ave nocturna que solía frecuentar estos pinares durante las noches de verano; parece que ha iniciado ya su migración postnupcial hacia otros territorios.
El Team Building es una herramienta que permite a las empresas configurar grupos de trabajo, o favorecer los vínculos entre los miembros de equipos, para hacer que se sientan unidos y progresar así a nivel laboral.
Hoy ha solicitado nuestros servicios la empresa HFL Management Information, que ofrece diversos servicios de telemarketing a las pymes. Han celebrado una reunión en San Lorenzo de El Escorial a lo largo de toda la mañana, y necesitaban "desconectar" unas horas antes de continuar.
Para ello les hemos llevado por el Bosque Real de La Herrería, un lugar magnífico para disfrutar de un agradable paseo por la naturaleza.
Durante el paseo les hicimos una interpretación de la naturaleza y de la historia de este bosque, que a tenor del interés que mostraron, desconectaron por completo de su ámbito habitual de trabajo.
Regresamos al Pico Almanzor, la montaña más elevada del Sistema Central, situada en pleno corazón de la Sierra de Gredos. En esta ocasión llevamos a Josete (Madrid), a Fabián (San Lorenzo de El Escorial) y a Javier (Madrid).
Partimos de la Plataforma de Gredos en dirección a la Laguna Grande de Gredos, lugar donde pasaremos noche en el refugio. En un lugar de nuestro itinerario localizamos los restos de unas plumas que parecen pertenecer al Cárabo Común (Strix aluco). Al parecer, el cazador nocturno ha sido presa de una rapaz mayor (quizás un Azor), que lo ha desplumado justo en este lugar.
Restos de plumas de Cárabo Común.
Para Josete se trata de una ascensión muy especial, pues nos acompaña hoy porque su novia Claudia le ha hecho un regalo de esos que no se olvidan: Una auténtica experiencia en la montaña. Javier ha estado con nosotros en los Picos de Europa, pero tenía pendiente desde hacía mucho tiempo culminar el Almazor de Gredos. Y para Fabián esta es su segunda ascensión al Almanzor, una montaña que le impactó mucho la primera vez que la conquistó.
La Cabra Montés (Capra pyrenaica sbsp. victoriae) es la reina indiscutible de la Sierra de Gredos. Durante esta primera jornada pudimos disfrutar de numerosos grupos familiares de hembras con sus crías, pero ni rastro de los grandes machos.
Cabra Montés (Capra pyrenaica victoriae).
El Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros), junto con el Acentor Alpino (Prunella collaris), constituyen las dos aves más fáciles de observar en la Sierra de Gredos.
Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros).
La Laguna Grande de Gredos ocupa una enorme cubeta de sobreexcavación glaciar en el corazón del Circo de Gredos; es la mayor laguna de origen glaciar de todo el Sistema Central. Refrescar los pies en sus aguas es uno de esos placeres de la montaña imposibles de evitar.
Mientras nos refrescamos, las cabras montesas se pasean a nuestro lado indiferentes.
Por allí cerca localizamos a la Lagartija Serrana (Iberolacerta monticola), endémica de la Península Ibérica, presente únicamente en Galicia, en la Cordillera Cantábrica y en el Sistema Central.
Lagartija Serrana (Iberolacerta monticola).
Tras la llegada al refugio nos unimos a la cena, donde el ambiente invitaba a conversar con los numerosos montañeros.
Tras la cena se antoja un paseo nocturno por los alrededores de la Laguna Grande de Gredos, en una noche estrellada como la de hoy. Josete aprovecha la ocasión para disfrutar de una de sus pasiones: La fotografía.
Foto: Josete Martín.
El Almanzor exige madrugar, de modo que a las siete y media de la mañana nos preparamos para su conquista.
El primer objetivo es la Portilla Bermeja, a la que accedemos sin mayor dificultad. Pero a partir de este punto se hace necesario el uso de las manos.
Las extraordinarias vistas animan a seguir subiendo sin pensar en el esfuerzo físico. Sin prisas, sin agobios, vamos trepando bordeando al Almanzor hasta su vertiente sur.
Algunos pasos son muy técnicos y exigen mucha atención para no cometer errores.
Finalmente, nuestros tres héroes conquistan la cumbre del Pico Almanzor sin grandes dificultades.
Sin perder la concentración, iniciamos el descenso analizando detenidamente cada paso para no cometer errores.
Nuestro objetivo ahora es la Portilla de los Cobardes, lugar donde iniciaremos una difícil travesía por el Cuchillar de Ballesteros.
Nos dirigimos hacia el Collado del Venteadero, donde se inicia la angosta canal de El Gargantón. A nuestro lado dejamos la Galana y el Ameal de Pablo, dos de las grandes montañas de Gredos.
En esta ocasión optamos por descender hacia la Hoya Antón por una canal estrecha que promete mucha aventura y grandes sensaciones.
Josete no conocía la inmensidad de estas montañas y está disfrutando al máximo de cada uno de los rincones que nos ofrecen.
Poca vegetación destaca entre las grandes rocas, sólo un helecho alpino, Cryptogramma crispa, presente en las cumbres más elevadas de todo el Sistema Central.
Cryptogramma crispa, un helecho rupícola muy abundante en Gredos.
Os dejamos con el vídeo que resume las mejores sensaciones vividas a lo largo de esta ascensión.