Uno de los habitantes habituales de estos bosques es el Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs), que vimos bañarse sobre las aguas del arroyo de las Guarramillas. En el cielo, vimos volar a varios Buitres Leonados (Gyps fulvus) y Negros (Aegypius monachus). Pero el animal que estábamos deseando ver es la gran Cabra Montés (Capra pyrenaica victoriae).
Fue reintroducida en la Sierra de Guadarrama en el año 1989, y hoy goza de una gran población, cercana a los 3.000 ejemplares.
Teresa, una de nuestras clientes más fieles, no ha salido de su asombro al contemplar de cerca a estos grandes ungulados de nuestra fauna.
El éxito de esta población se debe sin duda a la ausencia total de depredadores. A falta del depredador natural que debería ser el Lobo Ibérico, la Cabra Montés extiende sus dominios de manera imparable, y solo el hombre ejerce un control que podríamos calificar de "discutible".
Lagartija Ibérica (Podarcis hispanica). |
También esperábamos encontrar a otro de los ilustres habitantes de las cumbres de la Cuerda Larga, el Topillo Nival (Chionomys nivalis), pero en esta ocasión no hizo acto de presencia. A los que sí vimos claramente fueron al Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros), a la Collalba Gris (Oenanthe oenanthe) y al Acentor Alpino (Prunella collaris).
Campanillas (Campanula herminii). |
Cryptogramma crispa. |
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