La riqueza biológica de este espacio natural es incuestionable, y aquí mostramos tan solo una pequeña parte; basta con caminar por el interior del pinar con un poquito de atención y pronto comienzan a aparecer curiosidades botánicas como estos Esfagnos, unos musgos muy especiales que tienen la particularidad de ser los precursores de las turberas, escasamente representadas en el Sistema Central.
Junto a los Esfagnos, encontramos este helecho, que se caracteriza por presentar frondes (hojas) femeninas diferentes de las masculinas. Esta especie está ligada a los bosques más húmedos y mejor conservados de la mitad occidental de la Península Ibérica.
Mientras caminábamos por la espesura del bosque, sorprendimos a una pareja de corzos que rápidamente se alejaron de nuestra presencia. Localizamos un hermoso ejemplar de Tejo, muy abundante en otros tiempos, pero en franca regresión en la actualidad. Son muy pocos los ejemplares que sobreviven en la Sierra de Guadarrama.
Subiendo ya por la loma de Cueva Valiente, pudimos localizar sobre unos leños secos de pino, un curioso liquen de color amarillo que ha sido recientemente descubierto en el Sistema Central. Se trata de una especie (Cyphelium tigillare), cuya presencia es interpretada como bioindicadora de la calidad de estos pinares serranos.
Blechnum spicant. |
Tejo (Taxus baccata). |
Cyphelium tigillare. |
Dryopteris affinis |
Ya en el interior de la cueva, nos surge una pregunta: ¿Se trata de una caverna natural, o su origen es el resultado de una antigua explotación minera? Nosotros lo tenemos claro, pero no hay mejor lugar para explicarlo que paseando por el interior de la gruta con la ayuda de nuestras linternas y frontales. Lo que vemos sobre las paredes y techos, nos da mucha información al respecto.
Una vez visitada la cueva, nos dirigimos a la cumbre de la montaña, situada a 1.903 m. de altitud. Desde allí las vistas de la Mujer Muerta y de la lejana Sierra de Gredos son espectaculares. Sobre nuestras cabezas, el gran planeador de la Sierra, el Buitre Leonado.
Regresamos por la vertiente abulense de Cueva Valiente, donde nos esperan otras tantas sorpresas, como este Acebo, testigo de la huella que dejaron las glaciaciones en el Sistema Central.
Un interesante recorrido que recordaremos por la agradable compañía de nuestros expedicionarios, que tanto han disfrutado de nuestra fauna, de nuestra flora y de nuestros paisajes, en un día primaveral que se ha colado en pleno invierno, y donde la nieve ha brillado por su ausencia. Os dejamos algunas de las secuencias filmadas durante la jornada.
Una vez visitada la cueva, nos dirigimos a la cumbre de la montaña, situada a 1.903 m. de altitud. Desde allí las vistas de la Mujer Muerta y de la lejana Sierra de Gredos son espectaculares. Sobre nuestras cabezas, el gran planeador de la Sierra, el Buitre Leonado.
Buitre Leonado (Gyps fulvus). |
Acebo (Ilex aquifolium). |
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