Hoy estrenamos la Expedición Lobo Ibérico en la Sierra de La Culebra (Zamora), las montañas que atesoran la mayor densidad de lobos de la Europa Occidental.
También tendremos tiempo para visitar el Centro del Lobo Ibérico, donde conoceremos en persona a Carlos Sanz, colaborador directo de Félix Rodríguez de la Fuente, y uno de los mayores expertos en Lobo Ibérico que tenemos en España.
Carlos Sanz durante su etapa en "El Hombre y La Tierra". |
Lo primero que hacemos después de comer en Villardeciervos (Zamora) es aproximarnos a una zona de paso habitual del Lobo Ibérico, con el objeto de reconocer in situ algunos de los indicios más característicos de la presencia del lobo.
Lo primero que localizamos nada más echarnos a andar fue este excremento, compuesto mayoritariamente por crin de Jabalí, señal inequívoca de la existencia de una manada en la zona.
Hasta el siglo XVIII la Sierra de La Culebra estaba cubierta por extensos bosques caducifolios, principalmente de Robles Melojos y Castaños. Posteriormente sufrió, como buena parte del territorio español, una profunda deforestación. Hoy está cubierta por extensos matorrales de brezo y pinares de repoblación.
Nuestra ruta recorre precisamente uno de los pocos parajes en los que sobrevive algún bosque de Roble Melojo.
Es imposible abrirse camino entre la densa vegetación del sotobosque y en las zonas de matorral, de modo que sólo podemos avanzar aprovechando los grandes cortafuegos.
Pero es precisamente en las intersecciones entre los cortafuegos donde los lobos dejan la mayor parte de sus indicios basados en el marcaje de su territorio.
Aquí vemos un excremento de Lobo sobre el que ha marcado posteriormente un zorro.
A lo largo del itinerario avistamos a varios ciervos y algún corzo, pero no logramos localizar ninguna huella reciente de lobo. Nuestra ruta recorre precisamente uno de los pocos parajes en los que sobrevive algún bosque de Roble Melojo.
Pero es precisamente en las intersecciones entre los cortafuegos donde los lobos dejan la mayor parte de sus indicios basados en el marcaje de su territorio.
Aquí vemos un excremento de Lobo sobre el que ha marcado posteriormente un zorro.
El ecoturismo del Lobo Ibérico exige un protocolo de actuaciones muy estricto en el que cada detalle cuenta, si queremos que nuestra actividad no genere impactos negativos. Es importante, por ejemplo, estacionar el coche en lugares poco visibles en zonas alejadas de la carretera, para evitar el efecto llamada.
Una hora antes del ocaso, acudimos a uno de los puntos de observación autorizados para la observación del lobo.
Las esperas loberas requieren de mucha paciencia y, sobretodo, resistencia al frío intenso de la Sierra de La Culebra. No podemos garantizar los avistamientos de lobos en plena libertad, pero hacemos todo lo posible para intentar conseguirlo.
Barremos una amplia extensión con la ayuda de los telescopios terrestres, pero la naturaleza salvaje es cambiante y no se rige por un horario fijo, sobretodo tratándose del Lobo Ibérico.
Sabemos que la probabilidad de éxito en las esperas durante el ocaso y el amanecer son mayores, pero el factor suerte tiene un importante peso en este tipo de actividad.
Acudimos temprano al mismo lugar, con la esperanza de ver al lobo durante el amanecer.
Podríamos haber elegido otro lugar, pero nunca se sabe...
La clave es tener paciencia y no bajar nunca la guardia, a pesar del intenso frío que se te mete en el cuerpo.
Apuramos al máximo el tiempo del que disponemos, antes de emprender la salida hacia Robledo de Sanabria, lugar donde se encuentra el Centro del Lobo Ibérico.
Nuestro deseo hubiera sido ver lobos en libertad, pero somos conscientes de que esto no siempre se consigue. Pero no nos vamos de la Sierra de La Culebra sin conocer en profundidad la realidad del lobo en esta tierra, y en esto, el Centro del Lobo Ibérico tiene mucho que decir.
Además de una magnífica dotación expositiva sobre el Lobo Ibérico, el centro nos brinda la oportunidad de conocer, de la mano de grandes expertos, la biología y ecología del lobo, valorando la importancia que tiene la especie, tanto para los ecosistemas como para el mundo rural.
También nos brinda la oportunidad de ver lobos en semi-libertad, pudiendo tomar fotografías de auténticos lobos.
Como bien dice su criador, Carlos Sanz, no son lobos "domesticados", son lobos "troquelados" o "improntados" (impregnados psicológicamente), socializados con las personas que les vieron poco después de nacer.
Carlos Sanz trabajó con Félix Rodríguez de la Fuente entre 1975 y 1980, durante el rodaje de la serie "El Hombre y La Tierra". A él le debemos aquellas maravillosas imágenes de los lobos corriendo delante de un sol enrojecido por el ocaso, secuencias que dieron la vuelta al mundo.
Desde la trágica muerte de Félix, aquel fatídico 14 de marzo de 1980, Sanz no ha dejado de trabajar con lobos. Su conocimiento sobre el Lobo Ibérico es hoy incuestionable, y pese a quien pese, nadie mejor que él sabe qué es lo mejor para garantizar la supervivencia del lobo en España.
Desde el sector más "animalista" del ecologismo se le ha criticado injustamente por defender un espíritu de consenso y de sentido común en la defensa del Lobo Ibérico, que aboga por un control ordenado de la especie, frente a las posturas enconadas de los planteamientos ecologistas actuales.
Nosotros defendemos la protección legal del Lobo Ibérico en España, pero huimos de las posturas más radicales del ecologismo actual que a base de insultos y de sembrar odio, retroalimentan una situación que al final resulta negativa para el lobo.
Carlos Sanz tuvo el detalle de dedicarnos parte de su tiempo en un día de mucha actividad para él, y nos estampó una dedicatoria en una de sus fotografías más queridas...
Os dejamos con este vídeo que hemos montado con algunas de las secuencias filmadas durante esta expedición:
Nosotros defendemos la protección legal del Lobo Ibérico en España, pero huimos de las posturas más radicales del ecologismo actual que a base de insultos y de sembrar odio, retroalimentan una situación que al final resulta negativa para el lobo.
Carlos Sanz tuvo el detalle de dedicarnos parte de su tiempo en un día de mucha actividad para él, y nos estampó una dedicatoria en una de sus fotografías más queridas...
Os dejamos con este vídeo que hemos montado con algunas de las secuencias filmadas durante esta expedición:
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