En el año 2010, la Junta de Castilla y León declaró la creación del "Parque Natural de la Sierra Norte del Guadarrama", que se prolonga desde Peguerinos hasta Somosierra por toda la vertiente norte del Sistema Central. Los Pinares Llanos de Peguerinos pertenecen a dicho Parque Natural.
Se trata de una de las mayores masas forestales autóctonas de Pino Silvestre del Sistema Central, caracterizada por extenderse a lo largo de una zona de escaso relieve (de ahí la denominación de "Pinares Llanos".
Como nos encontramos en plena época de setas, no era de extrañar que nos encontremos a lo largo de la ruta varios tipos de setas, como este Boletus, tan apreciado por la gran cantidad de rastreadores micológicos que recorren estos días los pinares de Peguerinos.
Visitamos en primer lugar el Mirador de La Naranjera, que nos abre panorámica al vecino Valle de Cuelgamuros, en cuyo interior se alza la Cruz de Los Caídos.
Muy cerca de este paraje fue donde Mariano de la Paz Graells descubrió la Mariposa Isabelina (Graellsia isabelae). Reconocimos sobre el terreno varios excrementos de ciervos, corzos y jabalíes.
Los campos de Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) esconden pequeñas joyas de la flora micológica como la Amanita muscaria.
Bajo uno de los poco robles que hay por la zona encontramos esta hoja con las agallas de una pequeña avispa llamada Cynips quercusfolii.
La siguiente "sorpresa" de la ruta es la visita a la misteriosa "Cara de Peguerinos", obra de un cantero que, probablemente, fuera uno de los soldados del ejército republicano durante la Guerra Civil Española.
Volando en lo alto del cielo, distinguimos el vuelo de varios Buitres Leonados acompañados quizás por algún Buitre Negro.
La flora otoñal le da un toque de color al sotobosque, como este Azafrán Serrano (Colchicum multiflorum), que no hay que confundir con las Merenderas o Quitameriendas.
Y seguimos viendo multitud de setas, como esta Lepiota...
O los deliciosos Níscalos (Lactarius deliciosus), otra de las setas más buscadas por estos parajes.
Visitamos también el Monumento dedicado a la Mariposa Isabelina, descubierta en estos parajes en el siglo XIX.
Aquí yacen en abandono cientos de bloques de granito tallados por los canteros en tiempos de Felipe II, probablemente para la construcción de algún acueducto que no llegó a materializarse.
Por un momento pensamos que esta criatura se trataba de la crisálida de la Mariposa Isabelina, pero analizándola minuciosamente hemos determinado que se trata de la Esfinge del Pino (Hyloicus pinastri).