domingo, 6 de mayo de 2018

Expedición Oso Pardo (Cordillera Cantábrica, León).

La Cordillera Cantábrica, ese mosaico de valles encajados entre grandes montañas y picos que se elevan junto a la costa del mar Cantábrico, esas montañas que albergan a los últimos osos pardos de España, ese enorme Espacio Natural que aglutina al mayor número de reservas de la biosfera del mundo, es, como no podría ser de otra manera, nuestro segundo hogar.
Allí nos desplazamos este fin de semana de mayo de 2018, a Salentinos (León), un recóndito pueblecito del Alto Sil leonés. Allí se encuentra la Cabaña del Trasgu, centro de operaciones de nuestra Expedición Oso Pardo, un pequeño albergue en el que nos sentimos cómodos y perfectamente integrados en la naturaleza cantábrica.
Nos acompañan en esta ocasión Esther, procedente de Lugo, y Óscar, que viene de León. Las perspectivas son buenas, el buen tiempo nos acompaña y tenemos constancia de la presencia de osos por nuestra zona. 
Para los rastreos y seguimiento contamos con la inestimable ayuda de dos excelentes guías locales: Senén (Salentinos) y Gerar (Colinas del Campo de Martín Moro). 
La primera de las esperas apenas duró media hora hasta que apareció el primer avistamiento: Una joven osa cuya edad rondaría los 5 años.
Estaba bastante delgada, pero era muy ágil, no paraba de moverse de un lado para otro. 
Nuestra posición de espera se encuentra a más de un kilómetro de distancia, de modo que la pequeña osa no tuvo conocimiento alguno de nuestra presencia al otro lado del valle.  
Trepaba y destrepaba por la zona con mucho afán, deteniéndose de vez en cuando para remover rocas y levantarlas en busca de larvas, colmenas u otros insectos. 
En ocasiones se perdía entre los matorrales y nos costaba bastante volver a encontrarla. No obstante, estuvimos disfrutando de ella durante buena parte de la tarde. 
Por un momento quedó recostada sobre una roca, hasta que se levantó bruscamente huyendo del lugar, seguramente por la picadura de alguna avista o algo similar. 
Óscar y Esther han vivido intensamente este momento, por ser la primera vez que ven a un Oso Pardo en estado salvaje. 
La primera jornada también estuvo dedicada al rastreo de indicios del Oso Pardo. Cuando un oso pasea por una zona no suele pasar desapercibido, y deja toda una serie de rastros y señales que delatan su presencia. 
Los arañazos en arbustos y árboles son muy frecuentes, al hacerlos sus uñas se mantienen afiladas. Pueden estar provocados por el intento de romper una rama para acceder a los brotes o frutos, o bien para señalizar una determinada zona. También les gusta mucho descortezar ramas o troncos para intentar acceder al jugo vegetal. 
También los excrementos son frecuentes. En esta ocasión localizamos nada menos que cinco excrementos, algunos de ellos bastante recientes. 
Tulipán Silvestre (Tulipa sylvestris).
Pero no todo se basa en los osos, también nos fijamos en la interesante flora que luce su máximo esplendor durante la primavera. 
Primavera (Primula veris).
Los helechos, tan frecuentes y exuberantes en la Cordillera Cantábrica, recuerdan en este tiempo de crecimiento a la flora que reinó la tierra en otros tiempos lejanos.
Tras una intensa jornada osera no hay nada mejor que reponer fuerzas al abrigo del magnífico albergue de Senén y la excelente cocina de su encantadora esposa Nati. 
Para la jornada del domingo optamos por contactar con Gerar, excelente fotógrafo de Naturaleza que durante estos días está viendo algunos osos por su zona. 
Nos desplazamos hacia aquel lugar con todo nuestro equipamiento esperando localizar a una pareja de osos que andaban muy melosos estos días.
El acceso es complicado por la ausencia de senderos o caminos, pero siguiendo las indicaciones de Gerar, gran conocedor del terreno, pasamos por lugares muy interesantes. 
Pasamos buena parte de la mañana rastreando la zona en busca de movimientos. 
Y movimientos encontramos, pero no de osos precisamente... 
Además de corzos y ciervos, vimos abundantes rebecos por la zona, algunos de ellos con crías recién paridas.  
La espera fue larga y el lugar seleccionado por Gerar era excelente. Sólo había que esperar a que apareciera algún oso. 
Debido a la falta de resultados optamos por desplazarnos hacia otro punto más aislado y elevado. 
Allí permanecimos el resto de la jornada a la espera de resultados. 
A pesar de la ausencia de resultados positivos, Óscar y Esther están disfrutando de los paisajes cantábricos y de la agradable compañía de Senén y Gerar. 
Para entretener las esperas paseamos por la zona y en una turbera localizamos a este ejemplar juvenil de Tritón Jaspeado (Triturus marmoratus). 
Tritón Jaspeado juvenil (Triturus marmoratus).
También gozamos de la interesante flora del lugar, como esta bellísima flor, una de nuestras preferidas: El "Tablero de Damas" (Fritillaria pyrenaica). 
Fritilaria o Tablero de Damas (Fritillaria pyrenaica). 
Mientras regresábamos Gerar localizó a un oso en lo alto del valle. Montamos los trípodes y telescopios, pero apenas pudimos verlo unos instantes, pues se metió en una zona boscosa y le perdimos el rastro. 
En cualquier caso, la expedición se ha dado muy bien, no sólo por la presencia de la osina que vimos ayer, sino también por los especiales momentos que vivimos con Senén y Gerar recorriendo parajes cantábricos tan maravillosos como estos.
Estas son las mejores secuencias de la osina que pudo captar Óscar con su equipo. 

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