domingo, 16 de julio de 2017

Expedición Paleontológica en la Sierra de Albarracín (Teruel).

Nueva edición de nuestra Expedición Paleontológica en la Sierra de Albarracín (Teruel) con nuestros expedicionarios Javier, Pilar, Marta y Álvaro, que viajan a Moscardón dispuestos a disfrutar de un intenso fin de semana dedicado al maravilloso mundo de la Paleontología.
El objetivo es que descubran el impresionante patrimonio paleontológico de Teruel, de la mano de auténticos expertos en la materia, como nuestro amigo y colaborador Jesús Herrero Gascón, que además de paleontólogo, es el propietario de la fabulosa "Casa Rural de Los Maestros", lugar donde nos hospedaremos durante la Expedición
Tras la comida en Moscardón y la posterior charla teórica con proyección de diapositivas y exposición de fósiles en la Casa de los Maestros, salimos al campo acompañados de Jesús, para descubrir los secretos que esconde este pueblo bajo sus casas.
Moscardón posee uno de los registros geológicos y paleontológicos más continuos y significativos de toda Europa, de modo que dedicaremos la tarde a rastrear sus alrededores en busca de fósiles que nos den información acerca de los organismos que vivían en este territorio durante el Triásico y Jurásico, hace unos 180 millones de años. 
Álvaro nos muestra una pieza de Ammonites localizada en Moscardón.
La abundancia de organismos marinos nos indica que esta zona estuvo sumergida bajo las cálidas aguas del Mar de Tethys, antiguo Mar Mediterráneo. Estas muestras pertenecen a Terebratula, un Braquiópodo que vive en la Tierra desde el Devónico (hace unos 400 millones de años). Apenas sobreviven en la actualidad unas 400 especies de Braquiópodos, una pequeñísima parte de las más de 25.000 especies de Braquiópodos reconocidas en el registro fósil. 
Muestras de Terebratula sp. localizadas en Moscardón.
Jesús nos muestra los afloramientos del Jurásico Medio e Inferior de Moscardón, unos materiales de gran interés estratigráfico y paleotológico, donde se pueden localizar impresionantes fósiles.
Impresionante molde de un Nautiloideo.
Los Bivalvos son Moluscos acuáticos que presentan una concha de carbonato cálcico constituida por dos valvas. Existen desde el Cámbrico, y aunque la mayoría son marinos,  algunas especies han colonizado las aguas dulces. Algunas de las muestras que hemos localizado podrían pertenecer a la especie Plagiostoma gigantea.
Marta nos muestra un ejemplar de Bivalvo fósil.
De entre todos los Bivalvos, destacan por su gran tamaño los Pectínidos, conocidos popularmente como Vieiras. 
Marta con una gran muestra de una vieira fosil, posiblemente Chlamys.
Los Belemnoideos eran Cefalópodos que poseían una robusta concha interna, alargada y con cámaras internas. Sus fósiles son fácilmente reconocibles porque se parecen mucho a una balaAl igual que los Ammonoideos, los Belemnoideos fueron muy abundantes durante el Paleozoico y el Mesozoico, extinguiéndose durante la crisis del final del Cretácico. La mayoría de las muestras que localizamos en Moscardón pertenecen a la especie Hibolites hastatus.
Varias muestras de Belemnites localizadas en Moscardón.
El yacimiento de Moscardón cuenta con abundantes restos fósiles de Nautiloideos, Ammonoideos y Belemnoideos, tres clases de Moluscos Cefalópodos, de los que hoy día contamos con unos pocos representantes: Calamares, Sepias, Potas, Pulpos... 
Otro Braquiópodo localizado en Moscardón: RhynchonellaLos Braquiópodos se parecen mucho a los Bivalvos, pero no son Moluscos, pertenecen al grupo de los Lofoforados. Sus valvas son desiguales y presentan una simetría bilateral, es decir, el plano de simetría es perpendicular al plano de separación de las dos valvas. La línea de contacto entre las dos valvas se denomina comisura, y la zona de articulación es la charnela. Los Braquiópodos más habituales en la Sierra de Albarracín pertenecen a los géneros Rhynchonella y Terebratula.
Muestra de Rhynchonella localizada en Moscardón.
Uno de los elementos más interesantes del yacimiento paleontológico de Moscardón lo constituyen los arrecifes de Espongiarios. Se trata de una bioconstrucción o biohermes de Poríferos (Esponjas), animales marinos que poseen un esqueleto calcáreo o silíceo, formado por espículas unidas entre sí hasta constituir una especie de entramado. Estas bioconstrucciones de Espongiarios pertenecen al Jurásico Medio (unos 170 millones de años), lo que quiere decir que por aquel entonces, esta zona de Moscardón se encontraba bajo las aguas poco profundas del tropical Mar de Tethys. Los fragmentos de Espongiarios localizados en Moscardón pertenecen en su mayoría a los géneros Tremadictyon Stauroderma.
Álvaro muestra una pieza perteneciente a uno de los Espongiarios de Moscardón.
Los Crinoideos pertenecen al grupo de los Equinodermos (Erizos de Mar, Estrellas de Mar...). Son animales con aspecto de planta, con un cuerpo que consta de una cabeza o cáliz (teca) provista de varios brazos (braquiolas) y un tallo o pedúnculo segmentado en placas (osículos). En la base del tallo tienen una estructura de fijación al sustrato a modo de raíz o disco. Llevan en la Tierra desde el Crámbrico (unos 500 millones de años), y al contrario de lo que pueda parecer, aún no se han extinguido, si bien es cierto que las formas actuales (Lirios de Mar) son mucho menos abundantes que las fósiles. Cuando los Crinoideos mueren suelen desintegrarse en osículos aislados del pedúnculo, cuyas formas son muy variadas: Redondos, pentagonales, estrellados... En Moscardón hemos localizado varios fragmentos de MillericrinusIsocrinus y Pentacrinus
Jesús exhibe varias piezas de Equinodermos fósiles.
Al día siguiente nos despedimos de Jesús y continuamos con la expedición visitando otros yacimientos de la Sierra de Albarracín.  
Pero no todo lo que vamos a ver hoy son fósiles. Aquí estamos en Calomarde, observando los nidos de los Alimoches y de Buitres Leonados.  
Los Nautiloideos son conocidos desde el Ordovícico (hace unos 470 millones de años). Fueron muy abundantes durante el Paleozoico, período durante el cual se diversificaron dando lugar a un gran número de formas, con conchas tanto espirales como rectas. Su principal característica es una serie de tabiques transversales comunicados entre sí a través de orificios sifonales, de modo que el animal los utiliza como cámaras de aire para regular su flotabilidad. Desaparecieron a finales del Cretácico, hace unos 65 millones de años, durante la misma crisis biológica que acabó con los Dinosaurios. En uno de los yacimientos que hemos visitado hoy localizamos esta magnífica muestra de un Ammonite
Molde y contramolde de un Ammonite localizado cerca de Calomarde.
Los Nautiloideos son conocidos desde el Ordovícico (hace unos 470 millones de años). Fueron muy abundantes durante el Paleozoico, período durante el cual se diversificaron dando lugar a un gran número de formas, con conchas tanto espirales como rectas. Su principal característica es una serie de tabiques transversales comunicados entre sí a través de orificios sifonales, de modo que el animal los utiliza como cámaras de aire para regular su flotabilidad. Desaparecieron a finales del Cretácico, hace unos 65 millones de años, durante la misma crisis biológica que acabó con los Dinosaurios. Algunas de las muestras de Ammonoideos que vimos en Moscardón pertenecen a la Formación Chelva del Jurásico Medio (unos 170 millones de años), y podrían pertenecer a los géneros Stephanoceras, Emileia, Witchellia, Sphaeroceras, Hecticoceras... 
Sphaeroceras, un pequeño Ammonoideo localizado en el mismo yacimiento de Calomarde.

Nos disponemos ahora a realizar una ruta por uno de los parajes más espectaculares de la Sierra de Albarracín: El Barranco de la Hoz, de Calomarde.
De trata de un gran cañón fluvial de origen kárstico que se retuerce comprimiendo el pequeño cauce fluvial de la Fuente del Berro. 
El sendero está muy bien acondicionado, permitiendo el acceso a lugares que de otra forma serían prácticamente inaccesibles.
Pasarelas, puentes y escaleras hacen más sencillo un paseo por un enclave recóndito y sorprendente. 
Es tan intenso el calor que Marta y Álvaro no dudan en meterse en las aguas del río para refrescarse.
Y como corresponde a las fechas en las que nos encontramos, no podrían faltar libélulas y damiselas paseándose cerca de los cauces fluviales.
Calopteryx virgo, uno de los Caballitos del Diablo más comunes.
Tras el interesante recorrido por el cañón, es momento de regresar y retomar el itinerario de nuestra expedición. 
Visitamos algunos de los lugares más interesantes de la sierra, como la Sima de Frías, que nos recuerda que nos encontramos en medio de un modelado kárstico del relieve. 
Sima de Frías de Albarracín.
Cerca de Griegos visitamos otro interesante yacimiento, con abundantes Braquiópodos.
Rastreando en el yacimiento localizamos varias muestras de Terebratula.
Muestras de Terebratula localizadas en Griegos de Albarracín.
Además de la Terebratula, localizamos alguna muestra de Rhynchonella. 
Muestras de Rhynchonella localizadas en Griegos de Albarracín.
A continuación visitamos las espectaculares dolinas de Griegos, probablemente las mayores dolinas existentes en España.
Marta, Javier y Álvaro junto a la dolina de Griegos.
El tramo final de la expedición corresponde a la Sierra del Tremadal, perteneciente a la Sierra de Albarracín, pero con una naturaleza geológica muy diferente. Se trata del macizo más antiguo de la Sierra de Albarracín, compuesto por materiales del Paleozoico, principalmente cuarcitas y pizarras. Es precisamente en uno de los afloramientos de pizarras donde se localiza uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de la sierra, un yacimiento de Graptolitos que no dudamos en visitar. 
Los Graptolitos constituyen el grupo fósil más conocido del Paleozoico. Eran animales marinos que vivían en colonias muy parecidas a las de algunos Cnidarios. Los individuos se alojaban en pequeñas tecas y las colonias eran transportadas por un pequeño flotador llamado pneumatoforo. Su presencia indica la existencia en este lugar de un mar de aguas tranquilas y poco profundas. Tras un minucioso rastreo localizamos algunas muestras de Monograptus, del Silúrico-Devónico (unos 420 millones de años).
Muestra de Monograptus, del yacimiento de Orihuela del Tremedal.
La riqueza paleontológica de estos yacimientos es enorme, pero desgraciadamente están muy afectados por el expolio de aficionados y comerciantes ilegales. Conviene recordar que en España la protección legal de los yacimientos paleontológicos está enmarcada en la Ley del Patrimonio Histórico Español (Ley 16/1985, de 25 de junio) y en la Ley del Patromonio Natural de la Biodioversidad (Ley 42/2007, de 13 de diciembre). Los fósiles sólo pueden entenderse en el contexto donde se encuentran, de modo que queremos dejar constancia de nuestro compromiso con un ecoturismo serio, responsable y respetuoso: Hemos dejado en el mismo lugar todas las muestras fósiles recolectadas; con las fotografías es suficiente para registrar los hallazgos.
GuardarGuardar

No hay comentarios:

Publicar un comentario