domingo, 13 de noviembre de 2016

La Cruz de Rubens (San Lorenzo de El Escorial, Madrid)

Hoy conducimos a Teresa, Silvia y Elena (Madrid) a uno de los lugares más emblemáticos de San Lorenzo de El Escorial: La Cruz de Rubens.
Nuestro itinerario ha sido especialmente diseñado para vivir la experiencia del Ecoturismo en pleno contacto con la Naturaleza
Tan pronto como empezamos a ascender por el Barranco de La Barranquilla, avistamos en el cielo varios Buitres Leonados (Gyps fulvus) que volaban acompañados de un par de Buitres Negros (Aegypius monachus).
  
Como era de esperar, vimos y escuchamos al Arrendajo (Garrulus glandarius), el Guardián de los Bosques. Escuchamos también el canto del Pito Real (Picus viridis) y del Pico Picapinos (Dendrocopos major). También escuchamos al Busardo Ratonero (Buteo buteo). 
El tiempo es muy agradable, demasiado caluroso para la época en la que estamos. No obstante, el aire está completamente limpio e invita a contemplar en paisaje, que ofrece panorámicas espectaculares.
Abandonamos el Barranco de La Barranquilla para cruzar la Cresta del Abantos, que ofrece excelentes vistas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
En este punto las vistas invitan a tomarse un merecido descanso para beber agua y hacerse alguna fotografía con el Monasterio de fondo.
En el cielo siguen volando varios grupos de buitres, que aprovechan la gran visibilidad que ofrece hoy la atmósfera para salir en busca de alimento.
Nos dirigimos ahora hacia la otra vertiente del Monte Abantos, donde surcan las aguas del Arroyo del Romeral.
Pronto alcanzamos la vista de los peñascos donde se alza la Cruz de Rubens.
Ya en la otra vertiente, echamos la vista atrás y contemplamos la abrupta Cresta del Abantos.
A partir del Arroyo del Romeral abandonamos el sendero y nos disponemos a afrontar la ascensión final, trepando directamente por el farallón rocoso.
Se trata del tramo más exigente de la ruta, que obliga a detenerse de vez en cuando para descansar y tomar aire. 
Poco a poco vamos ganando altura y va quedando menos para alcanzar el objetivo. Observamos por el entorno varios Carboneros y algún Herrerillo Capuchino (Parus cristatus).
Teresa es cliente habitual y disfruta en cada una de nuestras salidas como si fuera la primera vez.
Avistamos un Buitre Leonado apostado sobre un cantil, muy próximo a los nidos donde cada año, tres parejas de buitres crían en el Monte Abantos. Quizás se trate de un juvenil criado en alguno de estos nidos, y que se resiste a abandonar el lugar que le vio nacer.
Poco antes de alcanzar la Cruz de Rubens, encontramos el auténtico Belén de San Lorenzo de El Escorial.
Y así alcanzamos la cumbre sobre la que está colocada la cruz, un monumento que pretende señalar el lugar exacto que visitó el ilustre pintor alemán Peter Paul Rubens en el año 1628.
Se supone que Rubens pintó desde este mismo lugar un cuadro del Monasterio de El Escorial, por encargo del rey Felipe IV, pero lo cierto es que no se supo del paradero de este cuadro hasta que un ilustre investigador sanlorentino llamado Luis Manuel Auberson lo hallara en la colección privada de Lord Radnor de Salisbury. Probablemente el cuadro se encuentra todavía allí, en el castillo de Longford, pero después de una exhaustiva investigación, hemos conseguido una antigua fotografía del mismo:
Cuadro de Rubens del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial
Como puede apreciarse en el cuadro, allí había una cruz, una de las tres cruces que mandó colocar Felipe II en el entorno del Puerto de Malagón, muy cerca de la ermita de San Juan de Malagón, hoy desaparecida. 
Una vez alcanzado nuestro objetivo, iniciamos el descenso por el Puerto de Malagón, donde avistamos una pareja del Piquituerto (Loxia curvirostra). Es la primera vez que localizamos a esta especie en el Monte Abantos. 
Hembra de Piquituerto Común (Loxia recurvirostra).
El itinerario de regreso nos permite visitar uno de los grandes secretos que guarda este bosque: El Hayedo del Abantos, un "regalo" de Miguel del Campo, Máximo Laguna y de todos quienes idearon una de las mejores reforestaciones hechas en España.
En aquella época se plantaron unas 40 ó 50 hayas, pero hoy vemos cómo su población va en aumento, con nuevos ejemplares que han surgido de forma natural.
Por esta zona sorprendimos a un grupo de Pinzones Vulgares (Fringilla coelebs) buscando semillas entre la hojarasca. También vimos varios Trepadores y un Agateador Común (Certhia brachydactyla).
Agateador Común (Certhia brachydactyla).
Después pasamos por la zona de los Alerces, otro regalo que nos hicieron durante la reforestación. El Alerce Europeo (Larix decidua) es la única corífera que existe con la hoja caduca. Tarda un poquito más que las hayas en cambiar su color, de modo que la combinación de colores en esta zona del Monte Abantos es, durante estos días, muy agradable para la vista.
Alerce Europeo (Larix decidua).
Después de visitar el Mirador de los Alerces y el Jardín Forestal Miguel del Campo, llegamos a San Lorenzo de El Escorial, donde dimos por concluida la actividad.
Queremos darle las gracias Teresa por seguir confiando en nosotros, y a Silvia y Elena por apostar por el Ecoturismo para ocupar su preciado tiempo libre. Nos vemos en la próxima.

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